martes, 8 de septiembre de 2009

Se nubla la vista, el alma escapa

Se nubla la vista, el alma escapa
¿Sol? ¿Luna? que más da
no sientes, saltas, precipicios, caídas
buscas esa muerte, la quieres
la esperas....
¡Gritas! escupes, te levantas y te tiras de nuevo
miradas perdidas en la habitación desoladora
golpeas fuerte tu cara, lagrimas que salen sin mas
aprietas la boca, fuerte, te muerdes la lengua...
Miras a tu alrededor, sientes asco
te sientes impotente por no mover agujas del reloj
tiempo mata, el segundero es tu verdugo
el cuerpo te pica, te pica de esperar....
quedas tirado en el suelo, dando vueltas sin parar
piensas en no pensar jamás
y los pensamientos te corroen por dentro
cuando los quieres dejar escapar
no mas correas para la mente,
no mas castigos para mi cuerpo
Odio que se hace dulce
libertad que desaparece
tornemos todo del revés
amemos la muerte
miremos con desprecio la vida
esa que crea en nosotros
el deseo de morir
aunque sea solo una vez.
Envenenados estamos por la sociedad
nosotros mismos nos hemos suicidado en vida
por ello amemos la muerte como nunca hemos amado jamás.
La vida da felicidad, pero la felicidad eterna no se puede comparar, alma quedara libre, cuerpo no sufrirá más.
Como dijo mi gran ídolo: "La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da alas donde teníamos hombros, suaves como garras de cuervo"
He dicho


Bogonaso

Edad: No importa
Nombre: Bogo Naso

miércoles, 1 de julio de 2009

Sí .quizás...


Texto:

Sí .quizás fui cobarde.
Quizás, lo soy también.
Quizás soy aquello que un día quise…
Quizás lo que nunca querré.

Sí. Quizás un día te quise…
Quizás un día te amé.
Quizás un día
busqué con alma triste
lo que quise y
todo lo que un día amé.

Quizás un día me odie…
Y a ti…quizás también.
Quizás. Solo quizás…

Quizás un día te quise.
Quizás…
también te odié.

Nombre: Paola Andrade.
Fecha de nacimiento: 20 de Abril de 1991
Páginas web:
http://www.fotolog.com/piezasdeunpuzzle
http://www.piezasdeunpuzzle.blogspot.es

Cómo son las cosas...


Texto:
Cómo son las cosas, ¿eh?… Ayer te escribía que eras la razón de que quisiera mejorar, que eres el destello que me hacía irme a la cama con una sonrisa cuando pensaba en qué podríamos ser. Hoy sin embargo le escribo una vez más a la desdicha; al desengaño; a la verdad. ¿Y por qué me ilusiono contigo? ¿Para que me pisotees, aunque ni tan siquiera te des cuenta, como si fuera una colilla acabada, asquerosa y fea? ¿Por qué vuelvo a caer en la estupidez que significa darlo todo y no recibir nada a cambio? Nunca aprenderé la lección que enseña eso de que no existe la recompensa a la entrega, al buen hacer, al ser distinto con alguien. Definitivamente, algún día pasaré de ser soñador a ser realista empedernido. Tal vez no esta vez, pero ya van unas cuantas. Y supongo que conseguiré aprender a ser mala persona según en qué campo. Creo que algunas cosas me irían mejor así, y resulta muy triste pensarlo, pero es la verdad.

Toda la semana soñando para que, en un momento insignificante quizás para la otra persona, todo se venga hacia abajo. No entiendes por qué la gente dice cosas sin pensarlas, y lo que es más grave, por qué la gente dice cosas sin sentirlas, sin demostrarlas. Todo sería muy fácil si simplemente se tratara de algo superficial. Pero no es así, o al menos para mí. Para mí es mucho más. Es ilusión, es levantarme con una sonrisa; es motivación, destino, entrega; es conocer, indagar y probar… ¡Párate!, pues lo mismo para la otra persona eres poco más que uno más. Tal vez haya visto en ti algo diferente, que le haga pensar. Puede que vaya más allá, y algún día le haya dado por pensar… Ojalá todo fuera más fácil, pero parece que una vez más me tendré que olvidar de una persona que ayer, ni más ni menos, me estaba haciendo soñar…

Nombre: Luis Benítez
Fecha de nacimento: 20-12-86
Páginas: 1

-Tuenti: Luis Benítez Delgado y Relatos y reflexiones sobre la vida
-MSN: luisbenitezdelgado@hotmail.com
-Blogs:http://luisbenitezdelgado.wordpress.com/
http://misinocentesexcusas.blogspot.com/

Necesito oir tu voz 1 y 2


Titulo:: Necesito Oir Tu Voz

Texto::


Todas las noches me paso las horas contemplando mi móvil esperando un mensaje un simple toque, pero nada. Entonces miro por la ventana y todo me parece sombrío y oscuro sin ti. Observo la luna para intentar alejar mis malos pensamientos, pero estos vuelven y me siento estúpida por creer que alguna vez te has interesado por mí. Miro a las estrellas y empiezan a llegar mis recuerdos, recuerdos junto a ti, recuerdos incomparables, recuerdos alegres, pero recuerdos falsos que nunca sentiste como yo los sentí en su momento. Ahora me doy cuando de muchas cosas, me he dado cuenta de que has estado jugando conmigo como si fuera una muñeca de trapo y que para ti solo era un juego y no más. Y ahora sé que he estado perdiendo el tiempo con un chico como tú que no vale la pena. Pero aun así te amo, porque aunque hayas estado jugando conmigo, has sabido cómo hacerme feliz y hacerme sentir cosas que nunca imagine que sentiría por alguien. Por eso me paso las noches mirando mi móvil y esperando algún indicio de que te has dado cuenta de lo que tenias y ya no. Entonces me vuelvo a tumbar en mi cama, miro de nuevo mi móvil y me giro volviéndole la cara. Entonces escucho mi móvil vibrar, sentí miles de mariposas revolotear. Era un mensaje de él que ponía:



Me siento estúpido por haber jugado contigo, haberte hecho este daño que te he hecho. Sé que nunca me perdonaras pero en esta última semana me he dado cuenta de lo maravillosa e increíble que eres. Y esta misma noche me he dado cuenta de que… Te amo como nunca he amado a nadie. Te necesito.



Noté mis ojos humedecer, pero intente reprimir las lagrimas.


Nombre:: Dani
Edad:: 14
Paginas::
Tuenti- Dani Cullen Swan


Titulo:: Necesito oir Tu Voz ((chico)) Texto::


Todas esas tardes junto a ti, todos los besos, las caricias que un día te di, eran falsas… Sé que he sido un estúpido, porque tú te mereces algo mejor que yo. Y es ahora que no te tengo a mi lado cuando verdaderamente me doy cuenta de que te necesito aquí… junto a mí. Anhelo tu voz, tu sonrisa, tus ojos, tu ser, tus besos y esas veces en que me decías Te Quiero y yo te respondía con una sonrisa forzada. Siento tanto haberte hecho este daño tan desgarrador. Cada día que pasa estas más presente en mis pensamientos, intento distraerme con cualquier otra cosa, pero me es imposible eres indispensable en mi vida. Cuando te conocí pensaba que eras una chica tonta, cursi… una del montón de esas pijas que van de compras y que cada día estrena un modelito diferente. Pero he aprendido que nunca debo juzgar a una persona sin antes conocerla. Y aunque sé que no me perdonaras quiero que sepas que… Lo Siento. Y si ahora te dijera la verdad no me creerías, pero la verdad es que sin ti mis días son de color negro. Y me doy cuenta de que Te Amo, y que te necesito como al oxigeno. Eres ahora la razón por la que late mi corazón que se acelera cuando escucha tu nombre revolotear por mi mente. Si no hubiera sido tan ingenuo ahora podría estar junto a ti diciéndote lo mucho que Te Quiero y no aquí arrepintiéndome de lo que he hecho. En este momento haría cualquier cosa porque me dirigieras la mirada.

Mi móvil empezó a vibrar entre mis manos. Era la respuesta:



Te sigo queriendo… pero me has hecho tanto daño que no se si podre volver a confiar en ti. Pero te daré una segunda oportunidad.



Sentí como si mis días oscuros se pintaran de color rosa.



Nombre:: Dani

Edad:: 14

Paginas::

Tuenti- Dani Cullen Swan

Príncipes de Persia.


Título: Príncipes de Persia.

Texto:

Aún recuerdo las tardes de juego en Bagdad. Ya no era así; hace tiempo que se acabaron los juegos infantiles, las risas y la felicidad en la ciudad de la muerte.
Paseé la mirada por el cuarto, cuantos recuerdos de un tiempo acabado. Crucé la habitación con cuidado de que mis pies no hiciesen ruido sobre el parque. Me acerqué a la ventana y me asomé a la desolada Bagdad. Vivía en una de las zonas mas lujosas de Bagdad. El estridente sonido de una sirena interrumpió mis cavilaciones. Bagdad contuvo el aliento. Oí unos precipitados pasos en el pasillo; en el vano de la puerta apareció la asustada cara de Omar. Papá era el conservador del museo arqueológico de Bagdad, y los meses de salvaje expolio y destrucción habían hecho mella en su rostro. Yo ya sabía el macabro protocolo que nos esperaba.
Aún recuerdo la primera vez que Bagdad oyó las sirenas. Yo me quedé paralizado en el jardín, donde jugaba con mi vecino Hassan. Papá apareció corriendo, me cogió en sus brazos y me llevó al sótano, donde ya estaban reunidos Alí y Fátima, el mayordomo y la cocinera. Las sirenas callaron, y unas espeluznantes explosiones ocuparon su lugar. El suelo temblaba bajo nuestros pies, y los viejos trastos que pendían del techo oscilaban peligrosamente. Asustado, pregunté a Papá que pasaba. Él respiró profundamente y me contestó que eran los ángeles de Alá que venían a saludar a sus fieles. Yo le creí al instante, Papá nunca me mentiría.
Los gritos de Papa me hicieron volver al presente, me apremiaba para que nos fuéramos al sótano.
Yo no entendía porqué los ángeles de Alá seguían destruyendo la ciudad. Le pregunté a Papá. Me dijo que él tampoco lo sabía. Una enorme explosión hizo temblar las paredes del sótano. Sentí mucho miedo. Lo último que recuerdo es la cara de Papá sobre mi; me desmayé.
Me desperté en mi cama. La ciudad volvía a estar silenciosa. Me incorpore, y sentí un tremendo dolor de cabeza. Me acerqué a la ventana y conseguí reunir valor para apartar los blancos visillos. Lo que vi me quedó sin aliento. La casa de Mumhad Al-Sadi, mi vecino de enfrente, era una montaña de escombros. Entre los mármoles destrozados del porche distinguí el cadáver de Hassan. Me agarré al alféizar de la ventana, no podía mantenerme en pie por mi mismo. Ya nunca volveríamos a reír juntos, nunca mas volveríamos a jugar a ser príncipes de Persia. Una nueva preocupación surgió en mi interior; si los ángeles se habían llevado a Hassan también podrían llevarme a mi.
Miré hacia la puerta y vi a Papá. Sus ojos se cruzaron con los míos, y comprendió todo lo que pasaba en mi interior. Se sentó a mi lado y me abrazó; y por primera vez en mucho tiempo me sentí seguro entre los reconfortantes brazos de papá. Con lágrimas en los ojos le pregunté que por qué los ángeles se llevaban a la gente. Me contó una historia:
"Hace cientos de años, en la época en la que los grandes shas reinaban en Persia, un valiente guerrero se atrevió a enfrentarse a los enemigos que esclavizaban a su pueblo. Pero una vil traición acabó con la vida del guerrero, y los enemigos asolaron Persia. Cuando la muerte empezaba a parecer la solución para el decadente pueblo persa, aparecieron los ángeles de Alá. Aparecieron como una esperanza. Decían que venían a llevarse a la gente buena para vivir eternamente en el paraíso."
Papá calló. No pude evitar preguntarle si Mamá estaba en el paraíso. La cara de Papá cambió. Pareció viejo y cansado, y la pena inundó su rostro. Con una dureza inusitada me contestó que si, que un fatídico día los ángeles vinieron a llevársela. Yo no comprendía por qué Papá odiaba tanto a los ángeles; ellos eran buenos, llevaban a la gente al abrigo de la misericordia de Alá. Se lo iba a preguntar, pero su mirada me dijo que las preguntas habían acabado. Me besó en la frente y se fue. Me quedé solo con mis pensamientos, hasta que al final caí dormido de puro agotamiento.
Al día siguiente los ángeles volvieron con más insistencia; las sirenas no pararon de sonar en todo el día, y los ángeles se llevaron muchas almas piadosas con Alá.
Los víveres escaseaban en casa, por lo que Papá decidió aventurarse a salir en busca de alimento. Había salido por la mañana, y todavía no había regresado. El sol empezaba a desaparecer tras el minarete de la Mezquita del Viernes. Tuve miedo, y decidí salir a buscarlo. Crucé el vestíbulo. Agarré el pomo de la puerta, y me quedé así unos instantes. No me atrevía. Entonces me acordé de Papá y abrí la puerta. Era la primera vez en una semana que salía de casa. Todo había cambiado; el jardín, exuberante antaño, se había convertido en un árido desierto. Me atreví a bajar las escaleras del porche, y recorrí el camino que llevaba a la verja de entrada. Ésta yacía en el suelo. Un polvo asfixiante lo cubría todo. Miré a mi alrededor. Todo había cambiado. Las casas vecinas ya solo eran montones de escombros. Avance y me quedé inmóvil en mitad de la calle. Levanté los ojos al cielo; dominio de los ángeles. El ruido de una lejana sirena fue seguido de inmediato por otras. Los ángeles venían. Intenté correr, volver adentro con Papá; entonces me acordé de Papá. Todavía no había vuelto. Estaba tan asustado que no podía dejar de mirar al cielo. La sirenas callaron. Entonces los vi; venían por el norte, sobre el Palacio de los Abasíes. Debían de ser ellos, pero no eran como me los había imaginado; unos seres etéreos y gráciles que emanaban serenidad. Venían montados en unos horribles pájaros metálicos; el ruido era ensordecedor. Se acercaban, y cuando estuvieron sobre mí, levantando nubes de polvo a mi alrededor, los vi. Tenían la apariencia de los hombres. Pero no eran etéreos ni gráciles, nada más lejos de la realidad. Los atributos de la muerte se reflejaban en sus rostros. De repente sentí miedo; solo, entre nubes de polvo, triste alegoría de la inocencia. Uno de los ángeles me sonrió; yo me tranquilicé. En la barriga del pájaro se abrió una trampilla. Dejaron caer un objeto brillante en forma de botella. Me acordé de las historias de piratas que me leía Mamá. En ella siempre había una botella con un mensaje. Los ángeles me mandaban un mensaje. Los ángeles venían a llevarme con ellos. Pero todavía no había vuelto Papá. No lo vería más. Un ángel me susurro al oído que no me preocupara, que ya se habían llevado a mi Papá, y que pronto estaríamos juntos. El mensaje llegaba; abrí los brazos para recibirlo. Ruido. Polvo. Dolor. Oscuridad. Mamá. Papá.


Nombre: Antonio Miranda

Fecha de nacimiento: 15/07/1991

En primera persona


Título: En primera persona
Texto:

Soy una adolescente normal y corriente. No tengo ni idea de como se pone el lavavajillas ni mucho menos la lavadora. Coser un botón sería ya una tarea impensable y completamente imposible, al igual que planchar. No se me pasaría por la cabeza utilizar la escoba voluntariamente para limpiar cualquier cosa y no digamos ya hacer la cama. Crecí con Calimero, Los pitufos, el Canto del Loco y La oreja de Van Gogh, como todos los adolescentes supongo. Vivía sin preocuparme por nada y no tenía ni idea de quien era Aznar, solo tenía ojos para Sabrina y sus cosas de brujas. Me gustan Los hombres de paco por, como todas las adolescentes, Lucas y Sara, y Hospital Central por Rai y Lola. Me duermo escuchando con el mp3 a Pignoise, y eso que ni siquiera me gustan demasiado. Me paso horas y horas mirando fotologs y me sé la vida de gente a la que ni siquiera conozco. También estoy tanto tiempo en el msn que hasta me da verguenza decirlo. Tengo amigas, pocas, pero tengo. Unas viven cerca, otras lejos... Aunque más que amigas, tengo enemigas, o gente que simplemente pasa de mí. Como a toda adolescente, me gusta ir de compras, aunque no debo, ya que me cuesta mucho no gastarme todo el dinero. También me gustan las gorras, gorros, sombreros y toda cosa que se ponga en la cabeza. Odio el instituto y todo lo que conlleva, hacer deberes, estudiar.. Soy de esas que siempre que ven Titanic lloran como si fuera la primera vez. Me gusta hacer deporte y la satisfacción de entrenar todo el año para volver como te fuiste, y sí, me gusta, porque el viaje lo compensa todo. Me encanta ir a la playa y hasta tengo un poco de obsesión con estar morena. Disfruto más quedando una tarde que una noche y no celebro mi cumpleaños, por tanto, no recibo regalos... aún no me explico porqué no lo celebro. Me hablo con gente a la que desearía matar y por ello soy falsa, claro, como toda adolescente supongo. Mi habitación se desordena en menos que nada y a cada poco tengo que recogerla. Siempre me levanto con cinco minutos para prepararlo todo y nunca llego a tiempo a los sitios. Supongo que soy como toda adolescente... o no. Yo soy así y punto.

Nombre: Andrea
Fecha de nacimento: 7-06-92
Páginas: fotolog.com/aunq_no_quiera

jueves, 16 de abril de 2009

Un café con sal


Mientras miro por la ventana del pequeño café del centro, no puedo dejar de mirar la fría ciudad con desdén. Siento como si al mirarla mi alma se fundiera con ella, mi corazón se helara y todo dentro de mi se oscureciera y se volviera gris. Así es mi Madrid, lleno de humos, de gente abrumada del estrés causado por millones de problemas, trabajo, amor, salud, dinero... Me entristece ver pasear a las familias. Los niños de miradas perdidas en la gran ciudad, y entonces recuerdo mi dulce infancia. La niñez en el pueblo rodeado por campos verdes donde jugar. Allí donde podía tomar el sol sobre la hierba, rodeada de flores de mil colores. A la invadida por las fragancias que arrastraba hacia a mi la suave brisa de la primavera. En un suspiro vuelvo a la realidad y tomo un sorbo de café. Sin saborearlo demasiado mis sentidos se llenan de amargura, tal como si en vez de la dulce azúcar hubiera puesto sal, un café con sal. De nuevo dirijo mi mirada hacia la ventana .Esta vez contemplo el cielo que cada vez se oscurece más por las densas nubes que comienzan a cubrirlo. De esta manera mi día termina de oscurecerse y la ironía hace una clara presencia en él. Recordándome lo que pudo ser y no fue.